Poco más de seis ciegas tenía Mateo Sempere cuando decidió moverse all in para poner en riesgo su supervivencia en el torneo. Con un stack tan corto no era raro que encontrara cliente, y finalmente fueron las dos ciegas las que decidieron pagarle.
El flop trajo una dama como carta más alta y, tras una apuesta, Sempere se quedó solo con un rival. El de Elche destapaba su as-rey, pero eso no le llegaba para superar al as-dama de su oponente.