Para colársela a un rival hay que tener decisión, tesón, y habilidad para que tu apuesta parezca lo suficientemente creíble como para que tu oponente ponga cuerpo a tierra. Solo intentarlo no es suficiente, y eso es justo lo que le ha pasado a Javier Mazorriaga. Lo intentó por el que dirán, pero no tuvo el resultado que esperaba.
Cuando llegábamos a la mesa, ambos jugadores ya habían igualado sus apuestas en el flop, y en el turn de un board que mostraba se habían dado check. El river trajo un y, tras pasar de nuevo Álvaro Sánchez, Mazorriaga decidía lanzar una apuesta de 4.200 puntos al centro de la mesa.
Es de ley decir que Sánchez estuvo a punto de tirarse, pero cuando sus cartas estaban más cerca de ser descartadas cambió su decisión.
"Es que no me puedo tirar", decía en voz alta mientras dejaba entrever un ocho en sus cartas. "Podría tenerla, pero creo que no me puedo tirar", replicaba mientras daba la vuelta a su .
A Mazorriaga le hizo gracia la situación. "He jugado mal", decía con una sonrisa mientras descubría su para el auténtico ni carta. Un clásico.