Daniel Tamayo se las prometía muy felices cuando recibió en posiciones iniciales. Su open-raise no encontró ningún cliente hasta que la mano llegaba a la ciega grande, donde estaba Zoilo Betanzos, que le hacía una three-bet estándar.
Eso era justo lo que buscaba Tamayo, que no tuvo problemas para lanzar una four-bet que dejaba claras sus intenciones: meter todo el plástico al centro cuanto antes. Sin embargo, cuando la acción volvía a Betanzos, este decidía hacer solo call para ver el flop en heads-up.
El dealer descubría y, para sorpresa de los presentes, los jugadores decidían darse check para ver un aparecer en el turn. Betanzos pasaba de nuevo, pero esta vez Tamayo decidía apostar 12.000 puntos. Cuando la mano volvía a Betanzos, este se movía all in por unos 36.250 puntos.
A Tamayo no le gustó en absoluto la situación, pero no tardó mucho en pagar. Betanzos mostraba unos que no le iban a servir más que para repartir el bote.